Aunque es enorme para tener tan sólo 13 años, Chris Griffin es un niño muy tranquilo que no le haría daño a una mosca a no ser que ésta se posase sobre un perrito caliente. Este joven tiene sus talentos ocultos y, en concreto, se le da bastante bien el dibujo y la pintura, sin embargo, últimamente pasa demasiado tiempo sentado con su padre delante de la tele, viendo chicas con grandes "pechugas".
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